Comentario Internacional No. 52
¡Ya no caben excusas de ninguna clase! Lo que ocurre con los genocidas bombardeos de
Frente a las cámaras de televisión y en la forma más insolente y descarada nos hablan de asesinar a Gadhafi, a su familia, a sus hijos y a sus nietos. Empero, ¿en qué mundo vivimos, cuando unos sujetos despreciables pueden disponer impunemente de la vida de miles de ciudadanos libios que jamás han perjudicado en lo más mínimo a los agresores que podría “justificar” sus ataques?
Los pretextos que utilizan estos asesinos planetarios para cometer crímenes infraganti, son tan ridículos que ellos mismos tienen vergüenza de proclamarlos. Dicen que están dando “protección” a la población libia de los “ataques” de Gadhafi a sus propios ciudadanos. Por primera vez en la historia del mundo escuchamos la atrocidad convertida en “razón”, es decir bombardear a una población para proteger a esa misma población.
Estamos pues frente a una locura de tipo genocida. Pensar que el planeta Tierra está a expensas de esos orates “occidentales” que antes que civilizados, están a la altura de prosimios que no han llegado a la racionalidad.
Si se les ocurre, en el futuro inmediato, pueden “justificar” sus agresiones con el pretexto, por ejemplo, de que Hugo Chávez o Evo Morales en Venezuela y Bolivia, respectivamente, tienen armas atómicas de destrucción masiva. Por lo visto, cualquier mentira, cualquier desatino puede resultar siendo un motivo para bombardear a los pueblos. Ya en el pasado bombardearon Vietnam, Laos, Kampuchea con más bombas de las que descargaron todas las partes en
Azorados hemos escuchado a una imberbe española declarar en nombre del gobierno español del “socialista” Zapatero (que denigra a los camaradas zapateros), que los ataques a Libia tendrán carácter indefinido, es decir hasta lograr el asesinato o exilio de dirigente Gadhafi. ¿No sabrá esa funcionaria de bajo nivel y relieve que Libia es un país soberano, integrante de
Las aberraciones más grandes debemos escuchar día a día en las voces ridículas de los actuales “dueños” del mundo, de las guerras y sobre todo de la infamia.
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